Desde que tengo uso de razón, económicamente hablando, me parece absurdo el pastizal que se gasten todos los Ayuntamientos de España en el alumbrado navideño y resto de fiestas locales y nacionales de cada municipio.
¿Qué sentido tiene gastarse miles de euros en alumbrado? Siempre he pensado que con estén alumbradas las calles del centro basta y sobra para que los ciudadanos sepan que están de fiesta.
Así, la capital de España, Madrid, no por mis consejos, si no por la crisis económica y por su enorme déficit se ha visto obligado a reducir el presupuesto a 3.085.000 euros en lugar de los casi 4’5 millones que supuso para las arcas municipales en 2009. Esto es: se ha pasado de casi 7’7 millones de bombillas led a lo largo de las principales arterias de la capital a sólo 4’4 millones de luces festivas que, por cierto, me sigue pareciendo una completa barbaridad. Con la crisis bestial que tenemos, miles de familias españolas que están a punto de perder sus casas y que difícilmente tienen un plato en su mesa todos los días, el Ayuntamiento de Madrid se gasta 3 millones de euros, 500 millones de las antiguas pesetas, en poner luces en su ciudad porque llega la Navidad. De risa, sin comentarios…