Uno de los principales causas de que en España haya tan pocos empresarios, aparte de la excesiva burocracia, es que nuestros jóvenes sólo desean ser funcionarios, concretamente, según una última encuesta uno de cada tres de nuestros jóvenes confirma que su objetivo profesional es trabajar para el Estado.
Un 32% de los jóvenes españoles quiere ser funcionario, el dato más alto de toda Europa, seguido por los italianos (17%), los griegos (13%) y los portugueses (11%).
Otro dato importante de esta encuesta es que Los jóvenes españoles que encabezan el ranking, por Comunidades Autónomas, que desean ser funcionarios son los estudiantes de Castilla-La Mancha (39%) y Andalucía (36,2%).
Está claro que ser funcionario es un “chollo” al tener asegurado un trabajo para toda la vida, un sueldo “más que digno” y una total protección social (días libres, moscosos, vacaciones aseguradas, días por enfermedad, embarazo, etc).
No sé el qué, pero algo hay que hacer para que la mentalidad de que todo el mundo quiera ser funcionario en España cambie lo antes posible. De lograrlo, se generarán decenas de miles de puestos de trabajo con las empresas que creen nuestros jóvenes en un futuro cercano.